miércoles, 11 de diciembre de 2013

Hogar

Bajé al planeta Titán después de varios días de entrenamiento con los chicos. Habíamos descansado poco, pero había salido bien, estábamos listos, esta vez no podía pasarnos lo mismo, esta misión había que cumplirla, para después volver a casa con algo que nos sirviera para ganarle a esos cibernéticos. El último día antes de partir se los dejé libre para que pudieran descansar o distraerse. 
Titán ya estaba terraformado pero no había mucha superficie ocupada, había varios lugares vacíos, así que busqué un lugar que estuviera bueno y aterricé el VF, por suerte como la protocultura no es contaminante podíamos bajar con ellos. Le dije a Paola que le iba a mandar las coordenadas una vez que estuviera en el planeta. No quería que nadie escuchara esa conversación, y menos antes de ir a Haydon. Era mejor estar lejos de todos.
Mientras la esperaba me quedé mirando el horizonte, este planeta era más chico que la Tierra, pero no parecía tan diferente después de todo.
Escuché al VF acercarse bastante antes de verlo. Tenía que decirle a Paola sobre mis planes a futuro, no quería que se enterara por terceros o por una versión oficial. 

-¿Se parece a la Tierra no? Pero aunque se parezca no lo es... Durante años estuvimos peleando para liberar otros planetas, Tirol fue el primero, pero después fueron muchos más... Bueno, vos estuviste ahí así que lo sabés. Eso fue lo que decidimos hacer y eso fue lo que hicimos, peleamos allá para alejar la guerra de la Tierra. Liberamos tantos planetas que ya ni siquiera me acuerdo cuántos fueron... pero no quiero eso esta vez. Esta vez quiero estar en la Tierra cuando lleguen allá y defender el planeta en el que nací y en el que quiero vivir. Cuando escuché que quizás los Haydonitas habían atacado Tyrol, que estaban tomando esos mismos planetas que tanto tiempo nos había costado liberar del Invid... fue cuando decidí que no quiero volver a pasar por eso. Sea lo que decida la Comodoro para este Grupo Aéreo, yo voy a volver a la Tierra. Si voy a tener que liderar un grupo y si voy a tener que perder gente en el proceso, quiero que sea defendiendo nuestro planeta, no porque dejé subir a la nave a una piba que resultó ser un beacon para nuestros enemigos. Sé que habrá muchos que estén en la misma situación en la que estuvimos nosotros cuando decidimos irnos, y que muchos van a querer estar en el centro de atención de la guerra, que van a querer librar la batalla lo más lejos que puedan de nuestro planeta, como nos pasó a nosotros, pero yo ya pasé por eso, y creo que es momento de dejarles ese lugar a otros. Esta vez no quiero llegar a la Tierra cuando ya todo haya terminado, quiero estar ahí cuando pase y defenderla, como cuando peleé en la primera guerra contra los Zentraedi. Todavía no le dije esto a nadie, pero no quería que vos te enteres de otra forma que no sea por mí. Estuve pensando en algunas personas que puedan reemplazarme como Capitán del Aire de este grupo aéreo y vos estás entre ellas obviamente, siempre y cuando vos quieras seguir adelante.
Paola se tomó un tiempo para procesar lo que yo había dicho, antes de responder suspiró.

-¿De verdad no pensás que esta mision vaya a salir bien, no?

-De hecho sí, creo que va a salir bien, nunca lo dudé. Vamos a cumplir esta misión y más allá de las pérdidas, lo que consigamos va a servir, nunca dudé de eso, o nunca hubiera venido.

Ella sacudió la cabeza antes de proseguir:
-Pero crees que algunos de nosotros vamos a quedar en el camino, aunque la misión no consista en disparar un solo tiro- después se sentó arriba de una piedra y continuó- Estuvimos en miles de misiones, ¿por qué le estas dando a esta en particular ese sabor a "despedida"?

Genial, ahora la había puesto triste.

-Sabía que algunos de nosotros íbamos a quedar en el camino, como siempre pasa en cualquier misión complicada... Y la respuesta a esa pregunta no la tengo, no sabría decirte por qué... quizás es que solo estoy cansado. Recibí un mensaje de Max, le respondí esta mañana, va a seguir con la misión de colonización de la UN Spacy, y la verdad es que lo entiendo.

Ella se quedó mirando unos segundos el horizonte, que como este planeta era mucho más chico que la Tierra estaba mucho más cerca.
-Supongo que todos lo estamos. La última batalla me recordó lo peor de la guerra con el Invid. Supongo que lo había olvidado un poco, o quizás en aquel momento no me afectó tanto...

-Yo creo que sí te afectó, pero las segundas veces son las más complicadas, ni te cuento las terceras.
Me reí, no quería llevar esa charla a una depresión.
-Vamos a salir de esta, como salimos las otras veces- continué- Y cuando volvamos a la Tierra planeo quedarme allá, eso es todo. No es una despedida, es un "nos vemos a la vuelta"

Ella sonrió mirando hacia el pasto.
-¿Sabés? una de las cosas de ser piloto son los instintos que desarrollás. Tenés un mal presentimiento, aunque lo quieras ocultar.....
La realidad era que sí, tenía un mal presentimiento desde que habíamos salido de la Tierra pero no iba a decírselo a nadie, no podía.
-....y yo también, jajajajaj, aunque no se exactamente acerca de qué, o de quien....
Sabía que había poco humor en esa risa, a ella seguro le pasaba lo mismo que a mí, era lógico un mal presentimiento en una misión como esa.

-¿Vos decís como cuando sentía que venía mi archienemigo la muerte gris a bajarme de nuevo?
Sabía a qué se refería pero no quería hablar sobre el "mal presentimiento" ahora, a solo un día de irnos.

-Eso mismo

-No siento lo mismo esta vez, es distinto...- le dije esperando que no hubiera entendido lo que en realidad quería decir... 

-Distinto ¿cómo? ¿más? ¿menos?....

-Es distinto porque esta vez lo voy a decidir yo.
Si llega a pasar algo y puedo salvar a todos lo voy a hacer aunque me muera... maldición, ¿por qué tengo que entender justo ahora a mi viejo?

Paola se paró de donde estaba sentada, el viento le desordenó el pelo. Me dieron unas ganas terribles de besarla, pero una vez más no lo hice. Habíamos quedado en que ella me iba a decir cuando no estuviera más contenta con esa situación, está bien que tenía indicios de que ella quería que cambie pero... no quería arruinar las cosas, todo el esfuerzo que había hecho hasta ese momento. Tenía que ser paciente, un poco más.
-¿Hicieron un buen trabajo, no te parece?- dijo mirando alrededor.

-Sí, la verdad que sí...

-Y que es lo que decide, entonces, Capitán?

-Decido ir a Haydon y traer lo que sea que se necesite para ganar esta guerra, y después de eso me voy a encargar de defender la Tierra hasta que el resto termine el trabajo.
"Cueste lo que cueste" pensé, pero no lo dije.

-Bueno.... Siendo así, y teniendo en cuenta lo que hablé con mi gente antes, creo que deberías solicitar que el grupo entero se quede aquí, cuando esta misión termine... Y creo que hablo por Bill también- sonrió un poco -todos estamos cansados del turismo bélico, me parece.

Me costó entender un poco a qué se refería con "aquí", estábamos cerca de casa, pero esto no era la Tierra, hasta que dijo lo del turismo bélico.
-¿En serio? ¿William tampoco?- dije tratando de discimular mi cara de incredulidad- Y yo que pensé que les iba a interesar esto de ser Capitán del Aire...

-Bueno, yo creo que nos ganamos elegir nuestro destino, ¿no te parece? si nada funciona, pedimos que nos transfieran a otra escuadra, a todos, y que le asignen a la Comodoro otro grupo aéreo...

Realmente no podía creer lo que escuchaba, siempre creí que los viejos, incluso los chicos de mi escuadrón me iban a seguir en mi decisión pero no esperaba que William y Paola también pensaran lo mismo que yo...
-La verdad es que no pensé que ustedes iban a querer lo mismo...

-Posiblemente nop- dijo con tono gracioso- pero los chicos y yo tambien estuvimos allá Mark. Una cosa es que me seduzcan, todavía, las misiones peligrosas, y otra muy diferente es que tenga ganas de morir lejos de casa- sonrió de nuevo- Sabés, todos esos años allá.... Lo que más me sostuvo fue convencerme de que íbamos a volver... Y logré estar segura, no sé cómo... Y bueno, volvimos.

Por suerte ahora parecía más contenta, menos mal... Me quedé unos segundos sin decir nada, realmente no me lo esperaba, y "volví" cuando la escuché reírse, seguramente de mi reacción.
-Bueno, si vos no estabas segura que sos probablemente la mejor piloto de este grupo aéreo... entonces no sé quién.
Prototipos experimentales, armaduras zentraedis, creo que no había avión que Paola no hubiera probado.

-¿La mejor? mmmmmm eso no lo se a ciencia cierta, hay mucha gente muy buena acá

-¿En serio? ¿lo estás dudando? A ver... ¿tengo que recordarte que subís a cualquier avión que nos manden aunque sea uno experimental? Yo me subí a unos aviones de esos nuevos y después lo tuvo que reparar Kate...

-Y el VF-16 lo había testeado yo, cuando llegamos, mientras ustedes organizaban el grupo.
Tampoco la pavada, me puedo morir como cualquiera.... Mas allá de cuantos me lleve jajajajjajaja

-Nadie se va a morir, no voy a dejar que nos vuelva a pasar lo mismo otra vez. Te voy a hacer una pregunta, sé que vos vas a responderme con la verdad, aunque duela... ¿Creés que soy el mejor para liderar esta misión? ¿O elegirías a alguien más para hacerlo?
Debo haberla sorprendido bastante porque abrió grandes los ojos.

-¿Quién mas? Esta si ha sido una pregunta extraña, Mon Capitán... Realmente no me imagino a nadie mas liderando.
Hasta me había hablado en francés y todo, me gustaba bastante cuando se ponía a hablar en francés.
-Igual, los vuelos de los VF-16 los va a dirigir Pierce...

-Y eso me alegra porque yo no soy experto en misiones stealth...
Saber que podía descansar en Pierce para eso me daba gran seguridad para encargarme yo del resto.
-No tendría que haber dejado subir a esa chica a la nave...- me senté en pasto, esta charla no parecía que fuera a ser tan corta como creí en un principio.
Ella se sentó al lado mío.
-Tendríamos que haberla dejado en Titán, hubiéramos podido reaccionar diferente ante un ataque al planeta- continué.

-Quizás, pero no podías saberlo, no sabemos como funcionan los sensores sombra. Una cosa es instinto, otra cosa es querer adivinar el futuro... Somos pilotos, no científicos, trabajamos con lo que nos dan, y nuestra gente está a ciegas con muchas cosas de estos tipos.... Realmente confiar en los Haydonitas fue el peor error que cometimos desde..... NO se desde cuando jajajjaja

-Iba a decir tirar los neutrón S sobre la Tierra pero eso también forma parte de "haber confiado" no recuerdo otro error de esas características sinceramente...

-En fin.....habra que hacer lo que se pueda con lo poco que nos dan...- suspiró

Pero tenía pocas ganas de ponerme a hablar de errores y de Haydonitas en esos momentos, así que cambié completamente de tema. 
Tenía puesto el colgante del VF que le había regalado para navidad y fue un buen motivo para cambiar de tema.
-Me alegro que te haya gustado mi regalo, lo mandé a hacer especialmente, sé que el VF-4 es tu avión favorito, a pesar de que siempre estás probando otros nunca lo cambiaste. Yo soy de los que opinan que uno se enamora siempre de su primer avión.

Paola agarró el colgante y lo miró:
-Es muy bonito....y sí, el Lightning me salvo la vida muchas veces, supongo que por eso lo quiero... además, hasta ahora no necesité otro.

-Significó mucho para mí el día que te quedaste conmigo, realmente lo necesitaba- le dije en clara alusión al mensaje del colgante- y vos siempre estás ahí cuando lo necesito, como el día después al de la última batalla, fuiste la única que se me acercó, y creeme, no estaba nada bien... Sé que me prometiste que me ibas a decir cuando no estuvieras más contenta con nuestra situación, y sabés que te voy a esperar, aunque sea por varias vidas, pero realmente preferiría que fuera en esta.
Otra vez pensé que tenía ganas de besarla, y cuando me decidí a hacerlo ella ya me había besado primero. Sin embargo, lo interrumpió en un momento.

-Hay una condición- me dijo riéndose.

-Como si pudiera decirte que no en algo... 

-Vamos a ver...- dijo y me miró.

-¿Cuál?- le pregunté, pero la realidad es que me dijera lo que me dijera iba a decirle que sí.

-Nada de definiciones, ni de promesas, ni de explicaciones, ni de preguntas, ni de respuestas, ni nada de nada absolutamente nada hasta que volvamos al Sistema Solar. Después, veremos, pero antes nop.

Como si pudiera decirle que no, y menos con esa sonrisa que me había dado. 

-Está bien, acepto la condición- le dije y nos volvimos a besar.

Es fácil explicar como me sentí, fue como si todo ese tiempo me hubiera faltado una parte y la hubiera encontrado por fin. Realmente había sido un idiota, nos había privado de eso tanto tiempo solo por una boludes mía. 
La realidad es que acepté la condición pensando que implicaba literalmente "nada de nada", pero no fue así. Paola tenía otros planes.

Pérdidas

Apenas subí a la nave me encerré en el primer cuarto sano que encontré. No quería escuchar las pérdidas. Bloqueé todas las llamadas, excepto las de la Comodoro. 
Estoy cansado, quizás no sirvo para este puesto, todos actuaron mal, y eso es mi culpa, mi responsabilidad directa. Yo dejé subir a esa chica a la nave, yo dejé que se quedara en la nave. Maldición, estoy podrido de todo esto...
Años para liberar Tirol y otra vez está siendo atacado, no quiero volver, que se arreglen los tirolianos, yo voy a volver a la Tierra, estoy cansado de pelear por planetas que no son el mío.
Golpeé la pared y solo sirvió para que me lastimara los nudillos.
Kate tiene razón, hay que hacer esta misión de mierda y volver a la Tierra, a la que no quiero volver a dejar.
Rick confió en mi para liderar este grupo pero Kate tiene razón nadie más salvo él me hubiera elegido... Cualquier otro jamás me hubiera dejado a cargo de tanta gente. Nadie... 
Estoy harto, harto de perder gente, si, esto es una guerra, y cuando fuimos a Tirol todos sabíamos lo que iba a pasar... Esto es diferente, yo acepté ésta misión pero no así... 
Bien, ahora tengo sangre en los nudillos de ambas manos y no sirve para absolutamente nada...
Por qué no llevamos una de esas bombas rusas se las tiramos a esos hijos de puta y que se mueran todos de una vez? Se lo merecen son unos traidores y genocidas de mierda. Nos ahorraríamos más muertes innecesarias...
No sé si puedo seguir en este puesto... Por qué seremos tan estúpidos?? Seguimos sin aprender nada, sigo sin aprender nada... Maldición...
Si sigo así me voy a romper las manos...
Mark, tenés que terminar con esta misión, tenés que terminar... Descubrir lo más que se pueda de esos malditos y volver a la Tierra y defenderla como siempre debió haber sido... No tendría que haber venido a esta misión... Cierto, vine por Paola, me dejé llevar otra vez por las emociones y eso siempre me trae problemas. No tendría que haber venido... Paola se puede proteger sola, no me necesita. 
No quiero saber quiénes ya no están, otra vez voy a tener que informar sus muertes y esta vez yo tuve la culpa, nos llevé a una trampa de esos malditos... 
Maldición, maldición, maldición, nunca debí venir, porque no dejamos esta misión en manos de los rusos? Que se encarguen ellos, yo ya estoy cansado...
Estoy exhausto amigo, quizás no falte mucho para que nos reunamos otra vez, a dónde sea que van los pilotos cuando mueren... 
Por qué actuamos tan mal? Sí, nos sorprendieron pero aún así... Hay una solo explicación, yo actúe mal, yo soy el responsable de esto... 
Mark tenés que terminar esta misión, vos mismo lo dijiste no sabés que va a pasar después... Terminar la misión y volver a la Tierra que nunca debiste dejar... tenés que recuperarte rápido no hay mucho tiempo, ahora es ahora, hay que realizar la misión rápido o todas esas muertes no van a haber servido de nada...
Terminar la misión, volver a la Tierra y no volver a dejarla... No voy a ir a Tirol, si van a atacar la Tierra esta vez quiero estar ahí, si este grupo aéreo sigue voy a pedir mi traspaso, no voy a seguir a Tirol, voy a volver y no me voy a volver a ir. 
Eso es lo que quiero? Sí, eso es lo que quiero, defender a la Tierra de esos hijos de puta. Eso es lo que quiero, que los demás se arreglen.

*******

De: Mark
A: Max

Max,
Creeme que te entiendo amigo, y tenés todo el derecho de querer seguir con tu vida y con lo que decidiste que querés hacer, ya bastante hiciste por todos nosotros, incluso por muchos que quizás ni siquiera se lo merecían. 
Yo estoy igual que vos, solo estoy en esta misión por seguir a una chica y mirá lo que me pasó, algo que yo decidí atrajo a esos malditos hacia nosotros y nos rodearon, como consecuencia perdí a varios de mis hombres... minimizar las bajas, bueno, supongo que lo hice, pero hubiera preferido al menos llegar a Haydon primero. 
Yo también estoy cansado amigo, no de la guerra, sino de las consecuencias que trae. Parece que Tirol puede arreglárselas esta vez pero ¿y si no? ¿Todo lo que hicimos fue para nada? ¿Liberar todos esos planetas solo para que los vuelvan a tomar? Yo ya no estoy para esto, quiero volver a casa, quiero defender a la Tierra esta vez, quiero estar ahí cuando sea el momento, no quiero pelear lejos o liberar planetas que no son el mío, estuve muchos años haciendo eso ya...
Si me llego a ir de este Grupo Aéreo tus hijas van a estar bien, creeme, ya se saben defender solas, y Emilia mejoró mucho desde que la empecé a entrenar, creo que al final de todo terminé siendo un buen maestro. Y bueno, Maia probablemente ya sea mejor piloto que yo.
Creo que ambos nos merecemos seguir con aquello que queremos hacer ¿no te parece? Vivimos ya dos guerras, esta es la tercera y seguramente, sea en el centro de atención o sea en los límites, vamos a tener que combatir otra vez, al menos que sea de la forma en que nosotros queremos.
Me alegra saber que volviste a hablar con Mirilla, se ve que mi estrategia de hacerlos enfrentarse en los fichines funcionó. Les debo una cena de navidad, así que una vez que estés asentado ahí mandame un mensaje, seguramente en algún momento tengas que ir a la Tierra y pueda saldar mi deuda (quién te dice, para esos entonces quizás ya aprendí a cocinar algo y todo).
Nos vemos pronto amigo, suerte en tu misión y deseame suerte en la mía.
Mark.

Recuerdos de Navidad

Soy un pelotudo, otra vez volví a hacer cualquiera. Paola estaba en mi cuarto el día de la fiesta y seguro esperaba que yo avanzara, si hubiera sabido eso antes me hubiera ido a mi habitación apenas vi que no estaba... pero pensé que se había ido con un flaco, ¿cómo iba a saber que estaba esperándome a mí?... Y para colmo me di cuenta de eso hoy cuando le di los regalos de navidad, una vez más me doy cuenta tarde de las cosas, al menos esta vez no pasaron 20 años, eso significa que voy mejorando. Podría haber forzado la situación hoy pero todo hubiera empezado mal, no quería eso con Paola, no me interesaban las cosas así con ella. Estuve este tiempo planificando todo para que salga bien, no la quiero cagar. Esperamos tanto tiempo que esperar un poco más no nos va a matar. 
Al final no me puedo dormir, y no es por lo de Paola... Esta es una de las cosas que no me gustan de estar al frente de todo, a veces uno preferiría vivir en la ignorancia de ciertas cosas. Espero que los rusos le avisen a Kate, la verdad es que fueron unos pelotudos, ¿Cómo pueden hacer algo así? ¿No se dan cuenta que pueden lastimar a las personas? Es obvio que algo así te puede tirar muy para abajo...
Que el flaco con el que estuviste tres años y que después de mucho tiempo recuperaste, con el que quizás estabas intentando acercarte para tener algo... sea una cosa animada y creada con los recuerdos de esa persona... ¿cómo puedo decirle eso a Kate? La va a hacer mierda... 
Nosotros sabemos que en la guerra puede pasar que perdamos gente que amamos pero ¿así? ¿perder a alguien dos veces? y la segunda sabiendo algo como eso... ¡maldición! ¡rusos de mierda! no piensan nada, solo actúan sin pensar en las concecuencias... En fin, tendré que estar ahí para Kate, aunque no sirva para absolutamente nada, voy a tener que ayudarla a salir, y seguramente va a llevar mucho tiempo...
De solo pensar que alguien podría haberle hecho algo así a Lucy... 
Ir a misiones de rescate para mí siempre es como un homenaje a ella. Sé que lo superé, aunque llevó mucho tiempo... pero las cosas así siempre dejan marcas. No pude estar ahí para ella a tiempo, pero para algunas personas a las que podamos ayudar estar ahí es casi como haber llegado. Los haydonitas de mierda habían atacado otra vez, a poblaciones civiles. No solo nos traicionaron sino que ahora que saben que acá somos pocos para defender un planeta tan grande hacen ataques relámpago... Atacan a la Tierra para impedir que vuelva a renacer... Al menos pudimos ayudar a una de las tantas ciudades atacadas, pero la resistencia tiene un límite... la gente se levanta una y otra vez, porque así somos los terrestres, pero esa no es excusa para que nos banquemos lo que sea...
En días como estos Lucy vuelve más de lo que me gustaría... 
-¡Mark sos muy tierno! ¡Es tan lindo!
Recordé a Lucy abrazar al peluche gigante y me pareció que era más nena de lo que parecía. Pero yo también era un nene en esos entonces... 
-Tomá, este es para vos, espero que te guste.
Era un modelo a escala del VF-1 que perdí cuando se destruyó nuestra casa en Macross City.
Nuestra primera navidad juntos... ya pasaron más de 30 años de eso... 
¿Cómo pude cambiar tanto? Es cierto que las circunstancias a veces nos llevan a determinados momentos en nuestras vidas, pero también son una elección... Recordar a Lucy ya no dolía, pero a veces me hacía pensar cómo hubiera sido mi vida si hubiera estado ella... si nos hubiéramos casado, o si hubiéramos tenido hijos. ¿Mi vida hubiera sido diferente? 
Hubiera temido todo el tiempo que le pasara algo a Lucy o a ellos, como le pasó a mamá el día que los zentraedi blastearon la Tierra ¿Cuántas familias se destruyeron ese día? ¿Cuántos dejaron de ser lo que eran para ser otra cosa? Como le pasó a mi viejo... Y aún así perdoné a los zentraedi, y perdoné a los invids a pesar de haber matado a muchos de los nuestros, incluído Ryan...
¿Será por eso que reaccioné así cuando me dijeron que los haydonitas eran una forma de vida? ¿Será que estoy cansado de perdonar a los que me quitan todo lo que tengo? ¿Y si esta vez la pierdo a Paola? ¿También voy a tener que perdonar a esos aliens si se rinden? No sé si tengo ganas de perdonar de nuevo...
Si Paola supiera que estoy pensando esto me boxearía, es más probable que me bajen a mí y no a ella la verdad... pero ¿y si pasa? Ryan también era buen piloto, muchos buenos pilotos murieron en la guerra... No sé si esta vez voy a tener la fuerza de perdonar como las otras veces... Además en la última batalla estaba en la tienda de los heridos incluso antes de darme cuenta que estaba ahí buscándola... menos mal que no se dio cuenta...
-Mark, siempre hay que perdonar, eso es lo que nos enseña Dios.
Y eso que no soy religioso, pero siempre creo en las segundas oportunidades... y Lucy siempre decía que tenemos que perdonar. Pero la realidad es que estoy cansado, estoy cansado de ser yo siempre el que perdona... 
Ya fue, no voy a poder dormir hoy, creo que mejor me voy con Linda a boludear en el simulador, volar siempre me ayuda a despejar la mente.

*****


Me subí al cockpit de Linda y activé el simulador.
"Misión de reconocimiento a Haydon / Stealth / Número de naves enemigas 50 / duración: 30 minutos máximo. Nivel: muy difícil"
El stealth funcionó los primeros diez minutos, después de ese tiempo ya me habían targueteado así que empecé a esquivar y a bajar aliens que, como ahora sabía, no tan cibernéticos.
Cuando estaban casi finalizando los treinta minutos, sin haber llegado a bajar el total de las naves, una de las más pequeñas que no llegué a ver en el radar me bajó. 
¡Maldición! Esto no puede estar bien...
"Misión no cumplida / VF-1 destruido / Piloto muerto en combate"
¡Maldición!

-Grabación Nº1, destinatario: Kate. ¡Hola Kate! Si estás escuchando esto es porque ya me morí y alguien encontró la caja negra de mi VF. Como me morí ya no voy a poder ayudarte a superar lo que "tan amablemente" te hicieron los rusos, pero bueno, este tiempo fuiste una gran amiga para mí, me hiciste darme cuenta de que todavía tengo oportunidad de dajar de ser un pelotudo, que a pesar de toda la mierda que nos tocó vivir todavía hay posibilidades para mí ahí afuera. Quiero que vos también sepas eso, sos una mujer hermosa, inteligente, capaz, divertida, tenés toda tu vida por delante, incluso podrías ser madre si querés... De hecho no se me ocurre algo que no puedas hacer si querés hacerlo... Sé que estoy grabando esto por si me muero en esta misión, y eso demuestra que todavía sigo siendo el mismo pelotudo, pero no quería irme sin despedirme. Muchos de los míos se fueron sin que pudiera despedirme de ellos y no está bueno. Gracias por estar ahí cuando necesité alguien que me diera consejos, por haberme tratado como un amigo y no como tu capitán. Eso me alegra, no había tenido amigos de verdad hace mucho. Sé que vas a superar esta situación, como superaste todas las otras, date tiempo, las heridas así nunca se curan rápido, y no dejes de mirar para adelante siempre.

-Grabación Nº2, destinatario: los viejos. No hay mucho más que pueda decirles, ustedes fueron como mis padres durante todo este tiempo, estuvieron ahí cuando necesité una mano para levantarme o cuando quería pedirles un consejo... o simplemente me acompañaron, eso para mí significa mucho. Sigan como hasta ahora, hay muchos "Mark" por ahí que los van a necesitar.

-Grabación Nº3, destinatario: Paola. Perdón, perdón por ser un idiota, perdón por no darme cuenta de las cosas antes, por haberte lastimado. Ya sé que te pedí perdón personalmente, pero aún así no puedo dejar de pensar en muchas de las cosas que seguramente hice o dije sin saber que te estaba lastimando. Será por eso que ahora estoy teniendo tanto cuidado, realmente no la quiero cagar... Estoy grabando esto porque sé que existe la posibilidad de que me muera en esta misión, algún día me va a tocar, y realmente no quiero que sea ahora, pero si pasa no quiero arrepentirme de nada... y ahora me estoy arrepintiendo por no haberme quedado con vos esta noche (silencio) ¿Por qué no me dijiste que me estabas esperando la noche de la fiesta en casa? Tendría que haberme dado cuenta pero no me doy cuenta de estas cosas... ¡Maldición! Me arrepiento de no haberte dicho lo que sentía por vos antes, no hubiéramos perdido tanto tiempo... Este mensaje está quedando horrendo... (silencio) Estos últimos días en los que decidí conquistarte me volví a sentir como un pibe de quince años tratando de conquistar a la chica que le gusta, y aunque no me guste admitirlo me volví a sentir joven, pero también me pasó eso que siempre me pasa cuando vuelvo a esa época, me volvió a dar miedo, otra vez, estoy como un boludo teniendo miedo de que te pueda pasar algo (aunque sos mejor piloto que yo, todo el mundo sabe eso). Y a pesar de saber que esta misión quizás no la cuente, estoy acá como un boludo grabando un mensaje en vez de estar con vos... en vez de pasar los que creo puedan ser los últimos días de mi vida junto a la mujer que amo. Eso demuestra que sigo siendo el mismo pelotudo... ¿Me querés decir qué carajo hago acá en vez de estar ahí con vos? ¡Todavía no me morí!

Todavía tengo la llave maestra que me prestó Pierce... aunque creo que primero debería tocar la puerta.


******

Para: Max, Rick

De: Mark

Asunto: "Feliz Navidad ¡Jo jo jo!"

Hola chicos, espero que este mensaje les llegue antes que los mensajes oficiales y si no bueno, sepan disculpar. A Max seguro los mensajes oficiales le van a llegar mucho más tarde que este por nuestros problemas de comunicación con la UN Spacy... (me acabo de dar cuenta de que soy un link entre la REF y la UNSpacy, que loco, espero que eso no sea malo para mí...).
Les resumo porque no sé hasta donde saben y hasta donde no (por suerte no me encargo de las comunicaciones con el Alto Mando). 
Ya avisé, pero por si todavía no les llegaron las noticias, estos aliens cibernéticos no son tan cibernéticos. Uno de mis hombres descubrió que son una forma de vida. O sea, no son simples computadoritas navegando por el espacio... No es que vaya a cambiar mucho que estemos en guerra con ellos pero bueno, para que sepan que no son simple chatarra electrónica como creímos en un principio.
La cosa es así, estamos en una misión de reconocimiento a Haydon, la idea es buscar la mayor cantidad de información que podamos de estos aliens ahora "no tan cibernéticos" del espacio. Ya es sabido que ellos se llevaron información sobre nosotros y en ese aspecto estamos en desventaja, aunque no por mucho tiempo...
Camino hacia allá, encontramos que los muy astutos tienen unas especies de boyas que usan para aprender sobre los movimientos de nuestra flota, o algo así estamos estipulando. Estas boyas parecen formar como un "sistema neuronal" y según me informan aparentemente habría unas cien desperdigadas por nuestro sistema solar. Obviamente estas cosas trasmiten y reciben información justamente como si de un cerebro se tratara.
Ahora estamos en investigaciones y mapeo de las mismas pero la idea es destruirlas todas a la par, lo que va a hacer que nuestros "amigos" se den cuenta de que ya las vimos y obviamente va a ser demasiado tarde para ellos, porque ya van a estar todas rotas.
Eso me lleva a pensar que en el momento que eso pase no les va a gustar nada y quizás lancen un ataque sobre la Tierra (con las naves que dejaron "durmiendo" en el mar o en otros lugares donde nos las detectamos aún). Tampoco sé si quedan de estas cosas en el espacio por ahí dando vueltas, escondidas entre basura, en el cinturón de asteroides o simplemente no las estemos viendo por sus dispositivos sombra.
La cosa es que mientras eso pase nosotros vamos a estar lejos tratando de conseguir información sobre ellos, así que:
Max, no sé que tendrás que hacer pero andá avisando a tus superiores por si acaso, no quiero que si pasa algo en la Tierra lleguen tarde solo porque nuestras órdenes y las de ustedes tienen distintos códigos.
Rick, no sé que vas a hacer pero si los Haydonitas llegan a blastear la Tierra de vuelta, sea con esos Neutron-S o con otra cosa peor que hayan inventado estos traidores, y yo llego a sobrevivir esta misión, te juro que aunque ya tenga 32 años de laburo acá me paso a la UNSpacy.
Por último y no menos importante, les deseo una feliz navidad y cuando vuelva se vienen con sus chicas a comer a mi nueva casa en Macross City.
Los mantengo informados y nos vemos a la vuelta,
Mark.

PD: Y no, no se preocupen, no voy a cocinar yo.

Después de la fiesta

Mi casa se veía genial desde lejos, posta que parecía una mansión de esas de los famosos. Casa y Albert me hacían sentir como un millonario a lo Batman ¿Qué habrá sido de mis comics? Ya ni me acuerdo que hice con ellos, probablemente los tiré todos cuando me fui en la Expedición Pionero...
Eso me recuerda que debería vender mi casa de Tirol, aunque por el momento me parece mejor que no, ya veré que hago con esa casa. Igual no era nada comparada a esta, era mucho más chica, con suerte para dos personas, y acá tenía habitaciones para fácil 20 personas... bueno, después de las fiestas como la de anoche no viene mal tener habitaciones extra.
Soy un boludo, no le compré nada a Max y a Rick... pero la verdad es que no tengo ni idea de qué regalarles para navidad... que jodido... ya sé, les voy a decir de ir a comer los tres a algún lado y yo invito. Espero que puedan hacerse un tiempo, hace bastante que no nos juntamos los tres... A Pierce debería regalarle algo también, y a los viejos obvio... A los viejos es fácil, los invito un día a tomar algo a algún bar copado. Y a Pierce, ni idea... por ahí le puedo preguntar a Paola, ella debe saber qué le gusta, después de todo estuvo como dos años saliendo con él... posta, o fueron muy cuidadosos o yo soy demasiado distraído... me parece que ambas. Además Pierce fue bastante cuidadoso como para no contarme qué había pasado entre ellos. Mejor dejémoslo ahí, no sé por qué pensé en eso de repente. Debe ser que tengo sueño...
Me fijé en el celular si tenía mensajes pero Kate debía estar bien dormida porque no me había respondido. Mejor, así podía dormir algo yo también. 
Cuando llegué a casa Albert ya estaba limpiando el living, obviamente era el lugar más desastroso de la casa. Dejé las únicas dos botellas que había llevado en el bar. 
Me estaba faltando el regalo de Zedox, ah... creo que ya sé... un juego de pesas, las va a necesitar si se está peleando con William. ¡Uh cierto! A William también le tendría que regalar algo... seguro le copan unos guantes de boxeo profesionales. Mejor compro algunos regalos extra porque seguro me estoy olvidando de alguien...
-Señor... señor...
-¡Ah! Albert, perdón, estaba pensando en qué carajo regalarle a mis amigos en navidad...
-Iba a decirle que la heladera sigue vacía...
-Van a traer las cosas en un rato, ya hice el pedido. Y van a venir también con las botellas para llenar de nuevo el bar. Yo me voy a dormir un rato, creo que el peso de la ancianidad ya se me está notando.
Albert no dijo nada, pero sonrió.
-Si usted está viejo, como estaré yo...
Me reí del comentario.
-No me siento viejo del todo, pero algunas cosas ya me hacen acordar que no tengo veinte años...
-No se preocupe, yo recibo a los proveedores.
-Gracias.
Subí las escaleras hasta mi habitación, interesante, todavía no la había estrenado así que esperaba que la cama fuera cómoda, seguramnte sí, porque me había costado una fortuna, nunca hay que escatimar en el precio de la cama.
Cuando abrí la puerta estaba con llave, me sorprendí, pero después pensé que el groso de Albert había cerrado para que nadie entrara a mi habitación. Ya sabía que varios de los que habían quebrado estaban durmiendo en otras habitaciones según lo que me informó. Por suerte siempre tengo otro juego de llaves para no quedarme encerrado si pierdo las otras. 
Cuando abrí la puerta vi que alguien estaba acostado en mi cama... era ¿¡Paola!? ¿Qué hace acá? ¿No se había ido con un flaco? Estaba bien tapada con las mantas, porque a pesar de estar prendida la calefacción hacía frío. Pensé que alguien iba a ser boxeado próximamente pero no parecía haber entrado nadie más a la habitación además de ella... (o sea, todo tenía un límite, en mi cama no). A ver, ¿Tenía otras muchas habitaciones de donde elegir y eligió justamente la mía? Sí, definitivamente no iba a morir en la misión de reconocimiento, iba a morir antes de un infarto causado por Paola...

viernes, 15 de noviembre de 2013

Calentando Motores



La Guerra. Aquello para lo que habían sido creados. Aquello que aún les daba más emoción que todo lo que habían conocido entre los micronianos. La mayoría de ellos apreciaba mucho a los Portadores de Cultura, pero había llegado el momento en que finalmente ellos, los Zentraedi, los soldados más temidos de la galaxia entraran en acción otra vez. En guerras anteriores, los políticos habían frenado sus pies; los habían convencido de que la lucha era innecesaria, que la Cruz del Sur se merecía su destino, que el Invid era ahora problema de otro. Pocos les importaba a ellos si todo esto era cierto o no, pero muchos, incluso aquellos ya deculturados, extrañaban el sonido fatídico de la sirenas que llamaba al campo de la muerte y la gloria. En estos años, habían aprendido el significado de la palabra “amigo”, gracias a los terrícolas. Lo cual significaba que ahora sabían mejor lo que era un enemigo. Ahora había uno nuevo.....robots? Algo en sus fueros internos les decía que ya habían peleado con algo asi. Y seguramente así era. Por miles de años ellos habían peleado contra todo, se habían vencido hasta a ellos mismos. Las décadas de descanso habían estado bien, pero ahora, ahora era el momento de atacar, de destruir y matar, de aniquilar y hacer polvo a sus enemigos.  Por primera vez en 30 años, el mismo Breetai, a quien creían perdido entre los micronianos, los lideraría. Como antes de la Tierra, como antes del amor, como antes de todo. Solo ellos, sus armas y sus enemigos.

Breetai era cualquier cosa, menos estúpido. Sabía perfectamente, paso por paso, el significado político de las decisiones que estaba tomando. Cansado estaba del jueguito de los dictadores y "presidentes terrestres; gracias a la Tierra había sido que él había tenido su visión más iluminadora en más de 100 mil años; apreciaba a ese pequeño planeta azul, y lo quería unido a la UN Spacy, saberlo bajo su protección sin que hubiera mezquindades y ambiciones fútiles de pequeños hombres en el medio. Había querido entrar en la guerra desde el primer momento, seguro de que sus antiguas tropas le responderían sin tener que pasar por la burocracia de sus propios aliados, y sabiendo que una contundente victoria allanaría el camino.  Llamando a Zentraedi auxiliares y voluntarios, la lenta y burocrática aprobación del Consejo de Seguridad de la UN Spacy no era necesaria.  Sin embargo, pese a su desconfianza, la maquinaria bélica se puso en acción, lista para un conflicto largo y desgastante. A su modo, Breetai disfrutaba aquello tanto como el menos listo de sus soldados -habían sido décadas de inacción- pero él lo disfrutaba a otro nivel: El de la estrategia y la táctica, al cómo destruir a un enemigo que parecía peligroso y lleno de recursos; aunque los combates en el Sistema Solar habían probado que eran vulnerables, nadie sabía exactamente qué esperar de los Haydonitas, y eso era precisamente lo que los hacía dignos adversarios, aunque él los recordara como débiles maquinas clavadas a su mundo de silicio. 

Sabía también perfectamente qué juego que estaba jugando aquel anciano de aspecto hosco, Zygmantov, el almirante soviético, cuya pequeña forma microniana ahora tenía adelante. Un tratado con los Sferianos, una sutil exigencia, disfrazada de pedido humilde, de formar parte de la Operación. En un clima de “camaradería”, nunca mejor dicho, quizá sintiéndose poderosos por ser los anfitriones de las negociaciones, los soviéticos exigían también ser ellos los que trataran con los nativos y organizaran la ayuda humanitaria y las operaciones de rescate; esta vez, la demanda venía disfrazada de argumento lógico. Breetai sonrió. Aquellos humanos escindidos por razones…políticas? Económicas? Que a él nunca le había interesado entender, actuaban como cualquier otro gobernante humano de los que Breetai había conocido en esos miles de años: buscaban expandir su poder. Por supuesto podía haber razones y condiciones, pero el ancestral Zentraedi solamente veía el patrón. Muy bien, se dijo a sí mismo, que los micronianos se ocupen de ayudar a los Cristalitos. Así podría llevar menos enfermeros y más soldados, menos ayuda humanitaria y más munición, en sus propios buques. Rápidamente se sobrepuso a la oferta del soviético, dejándole en claro que, si querían ocuparse ellos de esas cosas, les dejaría el control Y RESPONSABILIDAD total para que no lo molesten con esas cosas. Curioso y Gracioso, Zygmantov mismo no iría en la expedición, sino que se le uniría "despues" porque tenía "una mision que cumplir antes"; cómo les gustaba a los Sovieticos estos hacerse los misteriosos. En cuanto a lo militar, aquellos micronianos eran terrícolas después de todo, y Breetai había aprendido a no subestimar a los terrícolas; pero resultaban graciosos sus juegos de poder: querían robarle espacio al imperio Tiroliano? Por él estaba bien, poco cariño guardaba por sus antiguos empleadores. Querían hacerse fuertes, quizá desafiar a la UN Spacy un día? Estaban bastante lejos de conseguirlo, y algunos terroristas espaciales no le impresionaban. Breetai había estudiado a la ISIS en su momento ya, y no parecían un peligro. Guerra de propaganda, guerrilla incluída, no eran desafíos reales. Además, aunque no habían pasado ni 15 días desde el comienzo de la Invasión Haydon a Sferis en total, siempre estaba la irónica posibilidad de que no encontraran a nadie a quien salvar: algo que a Breetai le había sucedido infinidad de veces, sobre todo en sus antiguas luchas con el Ejército de Supervisión.  

El acuerdo de cooperación de la Fuerza Conjunta se firmó con rapidez sorprendente para el soviético, que había esperado una larga negociación. Zygmantov tampoco era estúpido y sabía que tomar por tonto a alguien como Breetai era poco menos que imposible, incluso para un experto como él. Ninguno de los dos lo dijo, pero ambos entendían perfectamente lo que implicaba esa firma. Cuando estuvo claro que a ninguno de los dos le importaba, se selló el convenio.  Breetai quería partir cuanto antes. Llevaría 180 Naves Insignia Zentraedi, cada una con el grupo de flota habitual, unas 150 naves menores, de las que se usaban en la época anterior a la deculturación, 20,000 naves en total, buena parte de  la Flota Zentraedi superviviente. Los Soviéticos llevarían unas 12.000 en total, con 120 Naves Insignia Zentraedi y 80 SkyFurnaces como naves líderes de grupo y unas 60 naves menores por grupo. Una fuerza realmente formidable que ambos esperaban liberar en poco tiempo, tras obtener una victoria contundente. Curiosamente, los soviéticos según su costumbre llevaban pocos suministros, ocupando el poco lugar disponible con ayuda humanitaria, alguna de ella transferida de la UN Spacy: Planeaban enviar luego a Sferis un convoy de reaprovisionamiento, civil y militar, desde otro de los Planetas de la ISIS, para no cargar sus naves de más, cuando hubieran asegurado un pie en el sistema. Los satélites fabrica de ambas facciones aseguraron que lo necesario estuviera listo en cuestión de horas.  Se instalaron en todas las naves, incluso en las de la REF, sistemas actualizados de comunicación SD; aunque eran demandantes en energía, eran los únicos que estaban seguros de que los Haydon no podían espiar. 

La fuerza partió 2 días después de firmado el acuerdo, 3 días después de la firma de cooperación sferiano-soviética, a 6 de la llegada de Illarys al Sistema solar. La respuesta “terrestre”  había sido razonablemente rápida, pero restaba ver si sería suficiente: podían los Haydonitas haber exterminado a todos los Sferianos en menos de 20 días? Muy pronto lo averiguarían. Restaba también ver qué consecuencias tendría para la política cuando Tirol se diera cuenta de que le estaban quitando lo "suyo", de una manera tácita y elegante.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Una Partida



Miles de naves habían llegado al sistema solar desde que la Cruz del Sur partiera de la Tierra a su batalla en la órbita de Saturno. No todas llegaron el mismo día, pero para el Primero del Año del 2045 iba a ver una concentración militar como no se veía desde hacía 33 años.  Muchas eran naves zentraedi , la mayoría auxiliares de la UN Spacy, tripuladas por gente aún macronizada y no del todo deculturada, llamadas por el ahora Almirante Sterling para ayudar en la protección del Sistema Solar, ahora  que la presencia del Satélite Fábrica permitía un lugar, si bien extremadamente limitado, donde atender a los posibles heridos macronizados y reparar con facilidad las naves averiadas. Para algunos políticos de la Tierra, sin embargo, aquel flujo era a la vez una demostración de poder hacia los Soviéticos –de quien muchos oficiales de la UN Spacy sospechaban que estuvieran involucrados en el apoyo a las fueras terroristas Anti-UN –, como una velada presión para que la Tierra decidiera su posición y se uniera finalmente a la UN Spacy. Pero estas no eran las únicas naves que llegaban; la flota colonizadora Macross 7, que estaba programada para zarpar en poco tiempo y que había sido asignada al comando del Almirante Sterling, también se reunía en órbita a la Luna, por pedido Max, que había aprovechado para sacar de los diques numerosas naves en desuso,  requisándolas para su flota colonizadora pero luego cediéndolas, con un poco de papeleo, a la REF, no sólo naves de combate sino gran cantidad de naves utilitarias. Su flota colonizadora propiamente dicha, sin embargo, seguía acumulándose en su lugar de reunión, esperando zarpar. También, naves soviéticas, estacionadas en otros mundos, habían venido a colaborar en la defensa de Marte y Titán, algunas de ellas naves zentraedi ligeramente modificadas, y otras grandes “SkyFurnaces”.  Finalmente, numerosas naves con tripulaciones mercenarias,  zentraedi o humanas habían llegado por ofrecimiento del gobierno Unido de la Tierra o la ISIS, para sumarse a las operaciones militares.
Aunque no todas las naves eran estrictamente militares, su presencia hizo que la bestial y desigual batalla que libraran la Cruz del Sur y la Ernesto Guevara contra el grueso de la Flota de bloqueo “durmiente” Haydonita, terminara muy mal para esta, pues todas las naves dadas a la fuga o averiadas después de la heroica resistencia de las dos naves humanas fueron perseguidas y exterminadas. Sin directivas y atacando por desesperación, todos esos Haydonitas se convirtieron en presas fáciles de un operativo de cacería al nivel de todo el Sistema, en espera de una nueva oleada enemiga, si es que se producía. La presencia de la Embajadora Sferiana, sin embargo, sirvió de excusa para que el Alto Mando de la UN Spacy comenzara por su cuenta las hostilidades contra Haydon, con el pretexto de ofrecer ayuda humanitaria a los silicoides. Pasando por alto a su autoridad política y utilizando, justamente por eso, más que nada auxiliares Zentraedi y voluntarios de la UN Spacy, el Comandante Breetai asumía personalmente el mando de una misión que parecía más de destrucción que de rescate. 

Max Sterling, por el contrario, a quien la tripulación de la Cruz del Sur le había pedido que se encargara de aquella misión, se debatía entre esto y sus planes personales de abandonar la línea de frente por el momento, por lo que no discutió demasiado la decisión de Breetai de ponerse al mando él mismo, otra vez. Por fin, ese mismo día, se decidió; escribió entonces, a su amigo personal Mark Wright, la siguiente misiva que le llegó por el canal habitual que ambos utilizaban para comunicarse, y también con Richard hunter:

“Mark:
Te pido disculpas por despedirme de esta manera, pero he tomado una decisión y voy a seguir adelante con ella. Hace 25 años me decidí por la Paz y no  por la Guerra, cuando elegí la quedarme en la UN Spacy en lugar de la partir con la REF con Rick y contigo; luego, la guerra nos reuniría de nuevo allá en Tirol, pero me temo que estoy cansado. Se que quizá no tengo derecho a decirlo, pero tengo 7 hijas y una esposa y he trabajado años en este proyecto de liderar la Flota Colonizadora número 37. Sé que querías que lidere yo la misión de la UN Spacy a Sferis, pero el Comandante Breetai tenía otros planes; se hizo cargo del comando y me ordenó que siguiera con el plan de la Flota Colonizadora, y sinceramente, no tengo el deseo de discutir su orden esta vez. Miriya (que ahora se dedica, como sabes, a las leyes y a la política), también me dijo que embarcarme en otra guerra era estúpido e innecesario y que debía buscar nuevos horizontes en mi vida. Me han llegado noticias de cómo han tratado a los Haydonitas y creo sinceramente que puede irme tranquilo, que la REF y la UN Spacy queda en buenas manos. Apenas nos hayamos instalado en algún planeta, prometo comunicarme contigo y, si se puede y aún es necesario, volveré a aportar lo que pueda en esta nueva guerra, aunque confío en que ustedes podrán hacerlo sin mi. Dejo a dos de mis hijas contigo, por favor, te las recomiendo. Se que saben cuidarse y que tu haces lo imposible para minimizar las bajas siempre, asique tengo confianza, aunque por otro lado, ellas eligieron ese camino y ya no puedo cuidarlas como a bebés. Espero nos veamos pronto en circunstancias menos urgentes.
Atte.
Maximilian Sterling”

Poco después, la flota Colonizadora, más de 10 millones de personas en más de 500 naves, al menos 300 de ellas buques de guerra, partían del Sistema Solar, dejándolo un poco más vacío, pero no demasiado, ya que nuevas naves de guerra llegaban a cada momento. La máquina humana de destrucción se había puesto en movimiento una vez más.

domingo, 27 de octubre de 2013

PNJS 2 (Campaña)

Dra. Priscila Novari

Zina Pavlovena, Hija Mayor de la Comisario Pavlovena
 
Illary, Embajadora de Spheris.

domingo, 18 de agosto de 2013

Regalos de Navidad (Kate)

Estaba sentada pensativa mirando la computadora. Estaba claro que hoy no avanzaría mucho en el proyecto, porque la realidad es que mi mente estaba en otro lado. Ya habíamos relevado los VF-11 nuevos, parecían excelentes, así que salvo algunos chequeos de rutina y algunas reparaciones que había que hacer a las naves tras los incidentes de Australia, el grupo técnico contaba con una relativa tranquilidad. La nave estaba lista para partir, habíamos colocado el sistema que faltaba, y en estos días lo habíamos verificado hasta saber que quedo listo.
Pero mi mente seguía en otro lado. Repetía la escena mentalmente, al menos, dos o tres veces cada pocas horas. ¿Tendría que haberlo matado? ¿Y si lo entregaba? ¿Y si le pedía a Igor que lo sacara? No... Yo hubiera hecho lo mismo que él en su lugar. Pero me pesaba la muerte de Sean Phillips. Él era un maldito héroe del 15º Escuadrón. Y yo lo había matado. A un tipo que admiraba. Sabía que era lo mejor, sabía que de esta forma le estaba dando una nueva vida al proyecto de la Cruz al neutralizar, suponía yo, a uno de los líderes insurrectos. Pero él también tenía razón en varios de sus puntos. Lástima... lástima que su visión fuera tan pequeña. Y que hubiera olvidado parte del honor que caracterizaba a la Cruz.
Dejé el proyecto avanzando casi nada, el viaje al espacio me iba a dar tiempo para trabajar en él. Revisé la bandeja de correos... no tenía respuesta de Ed, ni de los por lo menos quince mails que le había mandado a Hank. Por Dios, que él estuviera bien. Era algo que me tenía muy preocupada. Hank era uno de los pocos amigos que me quedaban del pasado, y me rehusaba a pensar que estaba muerto.
La bandeja de salida me recordaba que ya había mandado un mail informándole a los técnicos que íbamos a jugar un Santa Claus secreto como dijo el Teniente Ono, pero entre nosotros el staff técnico. Era una buena forma de unir un poco a los muchachos, y les avisé que antes de partir haríamos un almuerzo entre todos, los que iban y los que quedaban. Quería que reine un buen clima. Así que, sin demasiado que hacer y sin ánimo para trabajar, me fui de compras.
El modelo de lentes negros para Mark ya me había llegado. Por suerte, pude incluir las pavadas que quería que tuviera: un led en el lente para desplegar información, el zoom y el equipamiento de visión nocturna. Era todo tan chiquito que costó enhebrar todo... esperaba que Mark no rompiera todo el día que tuviera que explicarle cómo funcionaba cada cosa.
Las espadas todavía no, pero llegarían. Pedí dos daishos. Uno era para mí, una katana hecha con los mejores materiales, trabajada de forma ancestral... y con la tecnología de punta de la UN Spacy. Ambas fundas contaban con una cruz, pero una era roja y amarilla y la otra era verde y azulada. Estoy segura que a él le van a encantar.
Compré para Ono esos modelos de los veritechs de la Cruz en metal. A Ono, creo, le iban a gustar. Así de paso aprendía las porquerías que teníamos en el pasado. Para Rand y Rook compré una biblioteca llena de clásicos: era la forma en la que les diría que se consigan un hogar. A ellos les encantaba viajar por todos lados, pero quería que tuvieran un lugar para ellos. Un lugar que llamaran hogar. A mi cuñada y a la hermosa de mi sobrina les compré ropa. Lilly iba a querer algo más, pero cómo no sé qué le gusta, opté por dejarle un puñado de billetes en la ropa.
Con Scott y Ariel seguí un principio similar al de Rook y Rand: les iba a regalar una Flor de la Vida de mi colección. No me quedaban muchas, por suerte el antídoto soviético había salvado a las pocas que tenía. Iba con un hermoso macetero para que instalaran en su hogar, que iba siendo hora de que tuvieran uno. A mi buen amigo Lancer le mandé una botella del mejor licor que pude comprar... nadie mejor que él iba a saber apreciarlo.
Para mis técnicos compré una botella de un buen vino para cada uno. También para varios de los pilotos: Paola, Maia, William, Zeddox, Pierce y otros con los que tenía un trato mayor. Y a mí Santa Secreto, que al final me tocó Danya Zaitseva, una de mis técnicas preferidas. Por suerte. Le compré una blusa muy elegante, no era una blusa que la hiciera ver mayor pero tampoco era de jovencita, así que iría genial. Y de regalo extra les daría unos días libres para que pudiera tomarse con el marido y la hija. Y le compré ropa a Ed y un peluche a su hijita, a la que todavía no conocía.
Y dejé el regalo final: un holopendiente. Sería para Vaz. Tenía tantas dudas de lo que iba a hacer, pero el otro día lo vi mal. Lo encendí:
Quiero que sepas que siempre que necesites algo, lo que sea, una sonrisa, un apoyo, un comentario, una idea, un abrazo, me lo digas. Sabe, Vassilij Nevsky, que yo siempre voy a estar a tu lado porque, la verdad sea dicha, yo siempre te voy a amar. -Y sonreí- No te olvides nunca de mí.
Era algo fuerte, pero yo necesitaba llegar a algo. Los últimos tiempos habían sido duros, muy extraños. No quería exigirlo, pero entre la decepción que me causó su rechazo inicial, su convicción de que yo lo había abandonado, mis sentimientos que habían vuelto a aflorar, porque la realidad es que él y yo nunca terminamos nuestra relación, y el hecho de vernos frecuentemente, hacían que yo necesitara saber dónde estaba parada. Necesitaba saber si podía esperarlo, si podía buscar otros horizontes para mi vida... si me necesitaba. Había sido la pareja más duradera de mi vida, la que me agarró en un período de madurez, una en la que había depositado muchísimas esperanzas en su momento y que había sido abruptamente cortada. Escribí una carta para él.
Hola Vaz. Quizás te estés preguntando el porqué del mensaje. Es la verdad, pura. Esos son mis sentimientos. Creo que todavía te amo y quisiera tener una nueva oportunidad a tu lado. Pero entiendo que pasaron muchos años entre nosotros, que no sos la misma persona y que estás con problemas personales. Aun así, quiero acercarme a vos, incluso aunque me toque salir lastimada. Y si no queres estar conmigo como tu pareja, espero que al menos me aceptes como tu amiga....
Tiré la carta a la basura. Me parecía demasiado "dulce" y... no sé, me dio la sensación de que no estaba planteando la relación de igual a igual. Tenía que reformular el holopendiente. Decir algo que sintetice lo que siento, no fuera demasiado abrumador, y se sintiera como algo que dijera "si vos queres". Estuve un rato largo pensando qué decir. Después de un tiempo, un sencillo registro vino a mi mente. Tenía que ser algo que quizás él chequeara cada tanto, no un mensaje de momento, sino algo atemporal.
Grabé un nuevo registro en el holopendiente:
Empecé mirando el registro y sonreí. En el caso de funcionar como recordatorio, tenía que dejarle una sonrisa alegre.
Vassilij Nevsky... Te amaré por siempre.
Ahí terminé la grabación. Era clichado pero directo. Revelaba mis sentimientos, era atemporal, si él no quería estar más conmigo, al menos que supiera lo que yo sentía. Empecé una nueva carta:
Feliz navidad, Vaz. Ojalá cuando quieras abrir tu corazón, dejes que yo sea quién abra la puerta.
Guardé las cosas. Se las daría en navidad. Y llegaría a saber dónde estaba parada.