sábado, 19 de abril de 2014

Despedida

¡Hola Kate!
Sé que vas a ser la que encuentre esto así que antes que nada... no la culpes a Paola. Si no estoy ahora ahí es muy probable que me haya muerto salvándola a ella (o a muchos con ella) y fue mi decisión. Te pido perdón porque, si eso pasa, una vez más la guerra te va a sacar algo que querés, al menos yo sentí eso, sentí que me considerás tu amigo más que tu capitán, así como yo te considero mi amiga. Sabés que? sos la única amiga de verdad que tengo y que logré hacer después de mucho tiempo de no querer involucrarme demasiado con nadie...
Te quiero agradecer por las charlas que tuvimos, me ayudaste a ver muchas cosas de forma diferente, como que podía tener una oportunidad en la vida, que todavía podía volver a querer a alguien y tener algo con ese alguien como espero que pueda ser con Paola. Pero bueno todos sabemos que esta es una misión peligrosa, y puede pasar que no volvamos todos. Puedo ser yo, puede ser ella, podés ser vos. Si tengo que elegir obviamente prefiero ser yo. No tengo mucho que dejarte, siento que tenés todo lo que necesitás, y más ahora que estás volviendo a tener una oportunidad con el amor que recuperaste (no lo dejes ir, no pienses en cosas que no tienen importancia, como que no estamos en los mismos grupos políticos o militares, acordate que fuiste vos la que me dijo que había que jugársela sin importar lo que pasara después).
Quizás ahora no lo entiendas, y quizás quieras que resucite para matarme de nuevo por lo que seguramente terminé haciendo, solo pensá que si lo hice fue porque no tenía otra opción. No es mi intención morir, y menos ahora que logré que Paola me diera bola. Perdón que no te lo dije pero ella me pidió específicamente que no le dijera a nadie hasta después de la misión. Bueno, quizás si no vuelvo no lo cuenta a nadie, pero bueno, quiero que vos lo sepas por mí igualmente. El día que estuvimos en Titan pasé un día hermoso con ella, me hizo acordar a mis tiempos de joven, cuando estaba comprometido con Lucy... La quiero demasiado y soy capaz de morir por ella, eso hace mucho que lo sé.
Se me ocurrió que quizás podía dejarte las cosas que fui escribiendo durante este tiempo (no, no son mis memorias, son cosas que escribí, algunas sobre el pasado o lo que pensaba en el momento) están en la computadora de Linda. Me hubiera gustado poder contártelas en charlas en algún bar, pero bueno, si bien no estoy ahí siempre podés ir vos y leerlas si tenés ganas (muchas cosas de las que dicen ahí no las sabe nadie, bueno, los viejos por ahí sí, ellos saben todo aunque yo no se los diga). Gracias por todo, por haberme bancado siempre. Yo voy a seguir ahí, mientras vos me recuerdes.

Te tengo que pedir un último favor, hay un texto más viejo que este que no voy a borrar, pasaselo a los viejos si ves que están más amargados que de costumbre. No lo voy a actualizar porque no tengo mucho más que eso para decirles, hicieron más por mí que lo que yo nunca voy a poder acercarme a hacer por ellos.
Este es el texto para Paola, por favor haceselo llegar (el anterior por favor no se lo pases, creo que le puede hacer mal ese mensaje sino estoy ahí...)

Pao,
No quiero que te culpes por esto, era algo que yo ya sabía hace tiempo. Sabía que el día que me muriera iba a ser salvándote, o salvando a muchos con vos, como hizo mi viejo... la realidad es que no lo sé, pero espero que así sea. No creas que no quiero volver, es lo que más espero de hecho, pero también soy consciente de que esta es una misión difícil y todo puede pasar (eso lo sabemos todos los pilotos, y más los que ya pasamos por varias guerras) y por eso estoy escribiendo esto, porque siempre pensé que irse sin despedirse es muy triste. Yo más que nadie sé que no hay mucho que te pueda decir en una situación como esta, yo sé que ya lo viviste y te pido perdón por hacerte pasar por esto otra vez... Pero así es a vida del piloto, uno nunca sabe quién va a ser el primero, y es nuestro trabajo defender a los demás. Y como ya lo hiciste una vez, lo vas a hacer de nuevo, tenés que seguir adelante, no dejes que desbanden nuestro escuadrón, tenés la suficiente capacidad como para liderarlo, tenés a tus amigos, a los chicos de tu escuadrón, a todos, confiá en ellos y ellos van a confiar en vos, ese es el único secreto para liderar un grupo aéreo. Bueno, eso y algo de táctica, pero nada que no puedas seguir estudiando. Por último, quiero que vivas, así como yo hubiera vivido si los papeles hubieran estado invertidos, si hubiera sido yo el que estaba en tu lugar, porque es nuestra obligación, nos necesitan y además de eso creo firmemente que todos tenemos un momento en el que irnos y el tuyo todavía no llegó. Cuando llegue tu momento, te voy a estar esperando, bueno, yo y el boludo de Ryan con el que estoy seguro que voy a encontrarme (aunque lo siento por él pero vos sos mía y no te voy a compartir). Sé que lo que pido no es fácil, como no hubiera sido nada fácil para mí, pero te conozco y sé que vas a seguir adelante. Te amo y te voy a estar esperando (y vas a tener una anécdota más para contarme, la anécdota de cómo ganaron esta guerra).

A todo mi escuadrón y a los compañeros de la Che Guevara que nos asistieron en esta misión:
Hey! ustedes, escuchen! Si no estoy ahí y todos están tristes y deprimidos es algo que no voy a tolerar, mi despedida tiene que ser una fiesta. Abran mi casa y organicen una fiesta como yo lo haría, con mucho alcohol, música y diversión. Y después de eso laburen, si volvimos significa que la información llegó y que tenemos lo necesario para ganar esta guerra, porque estoy seguro que la vamos a ganar. Diviértanse, briden por mí y después hagan que esos malditos Haydonitas paguen por todo lo que nos hicieron, se van a arrepentir de habernos traicionado. Sigan unidos como hasta ahora, protéjanse entre ustedes y confíen el uno en el otro. Son el escuadrón más poderoso de la Tierra, y no lo digo yo, lo dicen todos, y eso es mérito de todos ustedes. Nos encontraremos nuevamente, en el lugar a donde sea que van los pilotos, mientras tanto vivan sus vidas sin arrepentirse de nada.
Mark.



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Tras encontrar el testamento de Mark al revisar a Linda, su VF-1, quede devastada. Su muerte me tocó de lleno. Otra vez perdía una figura alegre en mi vida. Él tenía muchas cosas de mi primer amor, Kevin. Ambos eran bromistas, divertidos, transmitían una vivacidad que yo nunca había tenido. Creo que hasta me encontré a mí misma mucho más bromista por la convivencia con Mark. ¿Valió la pena su partida? No lo sé, pero era lo que él hubiera querido, y cómo tal, debo aceptar su decisión sin lamentarme.
La misión había sido un éxito agridulce. La información que teníamos podía volcar la guerra a nuestro favor, junto con la comprobación del sistema “Luz”, que había demostrado su efectividad en el mismo Haydon. Esperaba que este fuera el final de otra guerra más a la que la humanidad se veía sometida.
Sin embargo, me costaba mucho enfocarme en lo que quedaba del combate. La muerte de Mark me había hecho darme cuenta de todas las cosas que había sacrificado por la guerra. Había enterrado seres amados, y me sentía rarísima cuando tenía que hacer cosas “normales”, como ir a tomar un trago con amigos o salir de compras. Necesitábamos recuperar esas cosas para volver a sentirnos humanos y no zentraedis micronizados: los últimos sesenta años la humanidad solo se había dedicado a una guerra tras otra. Notaba en mí muchos cambios: me sentía cómoda con Vaz, pero más me gustaba la rutina de ser su “esposa” que ser una compañera de armas. Me sentía muy sobreprotectora de Antonella. Entendí que quizás venía deseando ser madre. A veces me cuesta aceptar que tengo poco más de treinta años. Pienso que tengo arriba de sesenta, tengo una actitud amarga y quejosa.
Todas esas cosas influyeron para pedir mi traslado a la recién formada Cruz del Sur. Me dedicaría a la reconstrucción de la Tierra y a su defensa. A diseñar nuevas armas para protección, nuevos veritechs para surcar los cielos celestes de mi amado planeta. A reformar los viejos y prácticos hovertanks para acoplarlos a las necesidades actuales: que puedan servir de defensa y en la reconstrucción. La Tierra todavía no estaba íntegramente pacificada: señores de la guerra pululaban, zonas de conflicto había en cantidad. A eso me dedicaría. Y a rehacer mi vida: a tener una relación seria, hijos, cuidar de una familia, vivir. Alguno diría que estaba loca por cambiar una vida de gloria infinita por hacer algo tan mundano como tener una familia rutinaria y aburrida. Les preguntaría cuánto daría Mark por poder ver a su hijo salir del vientre de Paola Dubois.
Me aceptaron enseguida, dado que fui una de las principales lobbystas de la resurrección de la Cruz. Le envíe un ultimátum clarísimo a Vaz con mis pretensiones, esperaba él lo pudiera aceptar. Con todo lo que había pasado, quizás era hora para él de aquietar las aguas, de disfrutar un poco de la vida. De salir de la guerra interminable. Esperaba que él pudiera ser el hombre a mi lado que no pudo ser Kevin. Habíamos sufrido tanto ambos que creo nos lo merecemos. Pero si no acepta, sabré seguir adelante. Siempre lo hice y siempre lo haré.
…..
Dejé una flor sobre la tumba de Mark.
“Voy a hacer lo que me dijiste, amigo. Ojalá funcione. Voy a hacerme amiga de Paola, para asegurarme que ella nunca olvide que diste tu vida por ella. Y para asegurarme que sea feliz, que es lo que hubieras querido.
Voy a defender la Tierra que amamos. Y que nada le suceda. Para que todos podamos ser felices.
Descanse en paz, capitán.”
Realicé un saludo militar y me retiré.

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